The Beast and the Bethany

Jack Meggitt-Phillips  -  hardcover

Lemony Snicket meets Roald Dahl in this “wickedly funny” (James Ponti, New York Times bestselling author), deliciously macabre, and highly illustrated tale of a hungry beast, a vain immortal man, and a not-so-charming little girl who doesn’t know she’s about to be eaten.

Beauty comes at a price. And no one knows that better than Ebenezer Tweezer, who has stayed beautiful for 511 years. How, you may wonder? Ebenezer simply has to feed the beast in the attic of his mansion. In return for meals of performing monkeys, statues of Winston Churchill, and the occasional cactus, Ebenezer gets potions that keep him young and beautiful, as well as other presents.

But the beast grows ever greedier with each meal, and one day he announces that he’d like to eat a nice, juicy child next. Ebenezer has never done anything quite this terrible to hold onto his wonderful life. Still, he finds the absolutely snottiest, naughtiest, and most frankly unpleasant child he can and prepares to feed her to the beast.

The child, Bethany, may just be more than Ebenezer bargained for. She’s certainly a really rather rude houseguest, but Ebenezer still finds himself wishing she didn’t have to be gobbled up after all. Could it be Bethany is less meal-worthy and more…friend-worthy?

Lemony Snicket conoce a Roald Dahl en esta historia “perversamente divertida” (James Ponti, autor más vendido del New York Times), deliciosamente macabra y muy ilustrada sobre una bestia hambrienta, un hombre inmortal vanidoso y una niña no tan encantadora que no No sé que están a punto de ser devoradas.

La belleza tiene un precio. Y nadie lo sabe mejor que Ebenezer Tweezer, quien se ha mantenido hermosa durante 511 años. ¿Cómo, te preguntarás? Ebenezer simplemente tiene que alimentar a la bestia en el ático de su mansión. A cambio de comidas compuestas de monos artistas, estatuas de Winston Churchill y algún que otro cactus, Ebenezer recibe pociones que lo mantienen joven y hermoso, además de otros regalos.

Pero la bestia se vuelve cada vez más codiciosa con cada comida, y un día anuncia que a continuación le gustaría comerse a un niño agradable y jugoso. Ebenezer nunca había hecho algo tan terrible para aferrarse a su maravillosa vida. Aun así, encuentra a la niña más mocosa, traviesa y francamente desagradable que puede y se prepara para dársela a la bestia.

La niña, Bethany, puede ser más de lo que Ebenezer esperaba. Ciertamente es una invitada bastante grosera, pero Ebenezer todavía desea que no tuviera que ser devorada después de todo. ¿Podría ser que Bethany sea menos digna de comer y más... digna de ser amiga?