Rent to be

Sonia Hartl - paperback

In this bright, laugh-out-loud rom-com, the grind of the millennial struggle is a lot more fun when you add falling in love to the mix, perfect for fans of Tessa Bailey and Beth O’Leary.

Isla Jane is living the millennial nightmare. She’s got a shiny new MBA and no way to pay for it, thanks to her dead-end entry-level job, and nowhere to live, thanks to her miserable salary. Going home to her parents is not possible, but for once Isla’s brother may be her saving grace. He’s out of town on business for a month, meaning the guest room in his condo is blissfully empty.

Or so Isla thinks, until she runs into Cade Greenley, her brother’s best friend—who’s crashing there while his own condo is undergoing renovations. When a desperate plan to sleep under her desk miraculously turns into a house-sitting job for one of the big bosses at her office, Isla is certain her luck has turned—with no one, Cade included, the wiser. It’s a perfect solution—until Cade catches her sunbathing at a mansion that is definitely not hers, and she admits she’s house-sitting because she can’t afford rent.

The pair strike a deal—Cade will keep Isla’s secret from her overbearing parents if she agrees to pose as his girlfriend at a few upcoming corporate events. The fun and friendly vibe of his office is a surprise compared to hers, but the biggest shock is that each “date” with Cade feels less and less fake. Suddenly she’s looking forward to every minute they spend together while the chemistry between them sizzles. As Isla’s house-sitting scheme begins to unravel, she'll have to face the fact that her biggest lie of all is the one she's telling herself: that she's not falling in love with Cade.

En esta brillante y divertida comedia romántica, la rutina de la lucha de los millennials es mucho más divertida cuando a la mezcla le agregas el enamoramiento, perfecta para los fanáticos de Tessa Bailey y Beth O'Leary.

Isla Jane está viviendo la pesadilla milenaria. Tiene un nuevo y brillante MBA y no tiene forma de pagarlo, gracias a su trabajo inicial sin futuro, y no tiene dónde vivir, gracias a su miserable salario. Volver a casa con sus padres no es posible, pero por una vez el hermano de Isla puede ser su salvación. Está fuera de la ciudad por negocios durante un mes, lo que significa que la habitación de invitados de su condominio está felizmente vacía.

O eso piensa Isla, hasta que se topa con Cade Greenley, el mejor amigo de su hermano, que se aloja allí mientras renuevan su propio apartamento. Cuando un plan desesperado para dormir debajo de su escritorio se convierte milagrosamente en un trabajo de cuidado de la casa para uno de los grandes jefes de su oficina, Isla está segura de que su suerte ha cambiado, sin que nadie, incluido Cade, se dé cuenta. Es una solución perfecta, hasta que Cade la pilla tomando el sol en una mansión que definitivamente no es suya y admite que está cuidando la casa porque no puede pagar el alquiler.

La pareja llega a un acuerdo: Cade ocultará el secreto de Isla a sus autoritarios padres si ella acepta hacerse pasar por su novia en algunos eventos corporativos próximos. El ambiente divertido y amigable de su oficina es una sorpresa en comparación con la de ella, pero la mayor sorpresa es que cada “cita” con Cade se siente cada vez menos falsa. De repente, ella espera con ansias cada minuto que pasan juntos mientras la química entre ellos chisporrotea. A medida que el plan de Isla de cuidar la casa comienza a desmoronarse, tendrá que enfrentar el hecho de que su mayor mentira es la que se está diciendo a sí misma: que no se está enamorando de Cade.